Más, que de tres razas distintas (como además es reconocido por la Federación Cinológica Internacional) se puede hablar, sin lugar a dudas, de tres variedades que se diferencian casi exclusivamente por el color de la capa. El Perro francés es de tamaño bastante grande y en los machos llega a los 72 cm. de alzada a la cruz y un peso que se encuentra alrededor de los 35 Kg. Esta robusta estructura de perfecto equilibrio y tono muscular notable (heredada, sin duda del Foxhound inglés), le aseguran una gran resistencia y un galope elástico y largo, indispensable para la caza del ciervo, el gamo y el corzo que son animales muy ágiles y veloces. En estas tres variedades, la cabeza es larga, imponente y armoniosa con respecto al resto del cuerpo, con una trufa bien negra y abierta, stop moderadamente marcado, ojos de un color marrón brillante con expresión vivaz y atenta. Las orejas son de nacimiento bastante alto, el perro las lleva colgando y superan en longitud la unión del cuello que se presenta largo y fuerte, a veces, con una pequeña papada. El tronco tiene un tórax de buen desarrollo que le permite al perro una óptima oxigenación y por lo tanto, resistencia. La línea superior es sólida y la región lumbar de gran potencia. Las extremidades son robustas, bien musculosas, en correcto aplomo, con pies ligeramente alargados. La cola relativamente gruesa en la base, es llevada por encima de la línea del dorso. La capa es de pelo liso, fuerte y cerrado. Los colores que diferencian a los tres tipos son: blanco y negro para el primero con un hermoso dibujo de silla de montar y alguna salpicadura negra o azulada; tricolor (blanco, negro y leonado claro) con manchas fuego intensas para el segundo; y por último el tercero, blanco y anaranjado. Blanc et orange (blanco y anaranjado). No existe todavía un estándar de esta raza; de todos modos difiere muy poco de la tricolor salvo por el manto que solo tiene anaranjado en el dorso y en la cabeza.